EXPERIMENTOS CON SERES HUMANOS
¿Novela?
Carlos Schilling
Editorial Nudista
183 páginas
Córdoba 2013
"Denken Sie daran, Mensch, daß Staub bist du, und zum Staub wirst
du zurückkehren"
“Memento,
homo, quia
pulvis es et in pulverem reverteris”
“Hombre,
acuérdate que polvo eres y que al polvo volverás”
Génesis, III, 19
Quizás la genealogía sea el más antiguo
género literario y lleve los genes de todos los demás géneros. Si es así, puedo
decir que Carlos Schilling lo ha llevado hasta uno de sus orígenes: el Génesis.
El escritor ha confesado por ahí que cierto disgusto por su apellido contante y
sonante de moneda metálica estuvo en el comienzo de esta ficción genealógica, Experimentos con seres humanos, donde
el apellido protagonista es Staub. Schilling real muda en Staub fingido, el
sonoro chelín se vuelve polvo sordo; sordo, pero no mudo, porque cuenta, y lo
contado toma el valor de uso que el mero valor de cambio no puede adquirir al
contado.
La saga de los Staub, comienza en
Alemania (al menos comienza en alemán, idioma en el que ‘Staub’ vale por ‘polvo’),
y surge de inmediato la asociación con Die
Buddenbrooks. Verfall einer Familie, pero la decadencia de esta familia
migrante, su revertir en polvo parlanchín, no está enturbiada por la bruma
boreal y los principales paisajes de sus acciones, Santa Fe y Córdoba, y algo
de su ritmo cómico (komisch, raro,
peculiar) remite más bien a las frondosas ramificaciones de Los ochoa (los 8a, como le
gustaba escribir a don Juan Filloy). Lucas y Claus Staub, herederos nominales
de Diana y Nadia, aquellas especulares imágenes de un Schilling anterior,
sugieren desde sus nombres la imagen de que somos individuos inconfundibles,
inconvertibles, irrepetibles, pero estamos elaborados en común por los mismos
elementos dispuestos en distinto orden (lo que en sus hélices dobles deletrea
la secuencia de ADN). Esta historia de historias (la otra historia, la Geschichte, el lugar de los hechos históricos es el
gran laboratorio donde a través de siglos y milenios se experimenta, entre
otras cosas, con seres humanos y a veces se obtiene algún resultado feliz entre
muchas abominaciones) no es conclusiva, por lo que quizá valga como novela,
según la definición de André Gide en Les Faux-monnayeurs y
Schilling vuelva así a tener relación con la moneda, aunque falsa y emparente con la mejor literatura. Revertir en polvo es destino
compartido por todos, si bien antes es posible transitar por las letras
individualizadoras, por la escritura, cuna o impresión digital de la palabra,
esa palabra que disolverá ineluctablemente en el aire y que se suele vincular
al soplo del espíritu: “Hecho
de polvo y tiempo, escribió
Borges, el hombre dura menos que la liviana melodía que solo
es tiempo... "
Daniel Vera
Córdoba, 2014.