martes, 24 de septiembre de 2024

 

Julio Córdoba

 

Bayo, zaino, alazán, overo, pinto.

Y no sé cuántos más. Julio lo sabe.

Lo sabe por pintor, en lo que cabe,

Pero mejor lo sabe por instinto.

 

Él ha montado noches hasta el día

En busca del pelaje de sus sueños

Y no ha cesado nunca en sus empeños

De encontrar el color de la alegría.

 

En muchas ocasiones lo encontraba

En tonos propios del galope largo,

Si no en un trote lento que cruzaba

 

Despacio los espacios. Sin embargo,

Cualquiera de los pasos trasladaba

El dorado sabor del mate amargo.