Las artes del dibujo
Para una muestra (ideal) de Gonzalo Vivián
Si por un capricho momentáneo
quisiera traducir al latín las palabras ‘dibujo’ y ‘dibujar’ ¿hacia dónde me
dirigiría? ¿Hacia ‘descriptio’, que señala la fidelidad de la representación? ¿Hacia ‘adumbratio’ que lo
relaciona con los sueños y las ilusiones? ¿Hacia ‘designo’, vinculado con el
proyecto y la invención? El paso a otro
idioma no vale únicamente como dificultad de traducción debida a un cambio en la organización semántica, sino también como metáfora, para
hacer evidente que ‘dibujo’ no es una palabra simple, y es así porque el dibujo
no es un arte simple y detrás de su aparente sencillez y fragilidad se
oculta una inmensa diversidad y
fortaleza. Dibujar puede ser actividad de muy variadas empresas ya que es, en general, una manera, una
técnica, un arte de pensar y en su fusión con el pensamiento no deja que
ninguna cuestión le sea ajena, y esa generalidad se particulariza en diseño, en
esbozo, en croquis, en plano, en proyección, en registro, porque es también un
hacer, un producir, que se concreta en cada caso en un dibujo especifico. Es
propio de las artes, sin embargo, no dejarse encerrar en una categoría única, y
más allá de su finalidad particular un dibujo puede ser valorado por alguna
otra, y aún por sí mismo: es allí donde sus
artes culminan en un arte cuyos testimonios preceden a los de todas las demás
artes, como si fueran su condición necesaria, independiente mente de su calidad
representativa, explicativa, indicativa y demás: la invención de la escritura, por ejemplo, se produce
cuando los hombres aprenden a dibujar las palabras y la poesía se vuelve
visible, y en algunas culturas orientales todavía hoy la calidad poética no es
independiente de la calidad del dibujo de su idioma, y otorga una importancia
desconocida para nosotros al vocablo ‘caligrafía’. Pero el dibujo, ni siquiera con
su mejor gráfica es un mero vehículo del poema, y retroactivamente, mediante la inversión de
un desarrollo que ha llevado milenios, podemos descubrir en un instante la
poesía implícita en esas líneas en cuyo remoto origen no se excluyen las
figuras de Altamira y otras, acaso más antiguas y que se manifiesta
inmediatamente, sin necesidad de un marco verbal. El dibujo no es sólo un
intento de representar o de dominar el mundo, también es una energía creadora
de mundos, inventora de universos; es elemental, en el sentido de que es un
elemento tal vez imprescindible de las buscas humanas y, por lo tanto, de los
hallazgos humanos. Se lo puede asimilar al amor, según aquel mito griego, que
lo presenta pobre de bienes, pero
infinitamente rico en recursos, o sea en
estrategias y tácticas, es decir: en artes.
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