sábado, 20 de abril de 2013


LEÑERA DIBUJADA POR HUGO BASTOS


El mundo, es decir: el hombre, cargado en las espaldas de una mujer y mirando hacia atrás, hacia el pasado, mientras ella se enfrenta a lo desconocido, el ignoto porvenir, llevando en sus brazos la promesa del fuego. El mito ultramarino de Prometeo se deja leer transformado en esta figura telúrica: una mujer ha sustraído el secreto de la energía domesticada y con un solo movimiento ha domado los incendios y el frío, la crudeza del clima y de los alimentos. Quizás con esa sabiduría haya limitado su espacio, y se la pueda ver encadenada a quehaceres desempeñados en un ámbito reducido, pero su mirada, la que no vemos, la que no podemos ver desde donde estamos, destinados a contemplar sus huellas, avanza insaciable en procura de un tiempo sin término. Esas leñas menudas, apenas capaces de crepitar en fogones pequeños son la sola garantía, precaria acaso, pero indispensable, de que se alcanzará otro día.
 Daniel Vera,
Córdoba 2013.

1 comentario:

  1. Ellos. Espalda con espalda. Cielo o infierno. La misma tierra. Andrógino sin mediación. División. Divina. Ella. Por-venir y pro-mesa. Proto-mesa. Dación contra crudeza. Huellas sin mirada y mirada sin huellas. Gesta en gesto y viceversa. Mito y condena. Dos cuerpos. A-pareados. Sin par. Pero aun así parlantes y asintóticos hacia un telos de caricias y ausencia. ¿Una pareja? ¿Sin jaula o letra que los contenga? Mientras. Arde. La leña. Que los eclipsa. Y los consuma. Quizá. En. Nos-otros. Si uno es. Las alas del otro.

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