sábado, 13 de abril de 2013


X estos días (2003-2006)
Poemas
Javier Almeida
Ferreyra Editor, Córdoba 2007, 54 páginas

POESÍA EN TRÁNSITO

        “Quisiera un camino sin palabras”, escribe Javier Almeida en uno de sus poemas, y enuncia un condicional contrafáctico de lo que es todo su libro, y acaso toda su obra: un camino de palabras. No sé si hay caminos –digo rutas y calles, no senderos ni huellas a través del campo- donde no haya palabras, donde no haya lugares, ni señales, ni otros andarines, ni refugios, ni amenazas, ni intemperies habitadas…, pero el vínculo entre el camino y los poemas de Almeida es algo más, diría que mucho más: es la poética de Almeida. “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”, advertía Antonio Machado y nos invitaba a imaginarnos rodeados por el mar y sin ninguna orientación en la tierra o en el cielo; Almeida, en cambio, nos pone en medio de calles que van y vienen y se cruzan y traen y llevan destinos, donde el poeta busca el suyo como mejor sabe y más bien hace camino al hablar. El silencio, la mudez, no es una opción ni tampoco la huida del lenguaje a través de un discurso encriptado; nada de eso, sino el uso intenso de los giros cotidianos puestos entre paréntesis para que su sentido trascienda los comportamientos verbales habituales y se abran a tesoros abandonados y ofrezcan la desnudez de la existencia. En la lectura, como suele ocurrir, me encontré con reminiscencias de otros poetas, que nunca escribieron así, pero que podrían haberlo hecho, allá lejos François Villon y los goliardos celebradores de la vida, y mucho más cerca los poetas de la generación Beat: Allen Ginsberg, William Bourroughs y, sobre todo Jack Kerouac, por aquel En el camino (On the road, 1957), cuyo título me ha sugerido el motivo este comentario. Un par de versos de Almeida para encontrar un final sin fin: “La clausura no es mi herramienta y el viaje tendrá que seguir”.

Daniel Vera
Córdoba, 2013

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