X estos días (2003-2006)
Poemas
Javier Almeida
Ferreyra Editor,
Córdoba 2007, 54 páginas
POESÍA
EN TRÁNSITO
“Quisiera un camino sin palabras”,
escribe Javier Almeida en uno de sus poemas, y enuncia un condicional
contrafáctico de lo que es todo su libro, y acaso toda su obra: un camino de
palabras. No sé si hay caminos –digo rutas y calles, no senderos ni huellas a
través del campo- donde no haya palabras, donde no haya lugares, ni señales, ni
otros andarines, ni refugios, ni amenazas, ni intemperies habitadas…, pero el
vínculo entre el camino y los poemas de Almeida es algo más, diría que mucho
más: es la poética de Almeida. “Caminante no hay camino, se hace camino al
andar”, advertía Antonio Machado y nos invitaba a imaginarnos rodeados por el
mar y sin ninguna orientación en la tierra o en el cielo; Almeida, en cambio,
nos pone en medio de calles que van y vienen y se cruzan y traen y llevan
destinos, donde el poeta busca el suyo como mejor sabe y más bien hace camino
al hablar. El silencio, la mudez, no es una opción ni tampoco la huida del
lenguaje a través de un discurso encriptado; nada de eso, sino el uso intenso
de los giros cotidianos puestos entre paréntesis para que su sentido trascienda
los comportamientos verbales habituales y se abran a tesoros abandonados y
ofrezcan la desnudez de la existencia. En la lectura, como suele ocurrir, me
encontré con reminiscencias de otros poetas, que nunca escribieron así, pero
que podrían haberlo hecho, allá lejos François Villon y los goliardos celebradores de la vida, y mucho más
cerca los poetas de la generación Beat: Allen Ginsberg, William Bourroughs y,
sobre todo Jack Kerouac, por aquel En el
camino (On the road, 1957), cuyo
título me ha sugerido el motivo este comentario. Un par de versos de Almeida
para encontrar un final sin fin: “La
clausura no es mi herramienta y el viaje tendrá que seguir”.
Daniel
Vera
Córdoba,
2013
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